Inteligencia emocional: Qué es y cómo potenciarla en 5 pasos.
Inteligencia emocional: Qué es y cómo potenciarla en 5 pasos.

Hoy en día se habla de la importancia de la inteligencia emocional como una habilidad distintiva para cualquier profesional que quiera mejorar sus relaciones interpersonales.
También es vista como una característica de líderes y negociadores de cualquier empresa en el momento de influenciar a sus empleados o colegas
Pero…
Tabla de Contenido
¿Qué es la inteligencia emocional?

De acuerdo con el psiquiatra Norman Rosenthal, en la revista online psychologytoday, inteligencia emocional (EI), “es la habilidad para percibir, controlar y evaluar emociones en nosotros mismos y en otros, y usar esta información adecuadamente”.
Áreas de la inteligencia emocional.
John D. Mayer, Richard D. Roberts y Sigal G. Barsade, en el estudio titulado Habilidades Humanas: Inteligencia Emocional; destacan 3 áreas principales de la inteligencia emocional:
- Percepción: Habilidad para reconocer diferentes emociones.
- Comprensión: Habilidad para identificar las causas y consecuencias de las emociones.
- Regulación: Habilidad para manejar efectivamente lo que sientes y sienten los demás.
En este orden, reconocer e influir en tus emociones y las de los demás, puede convertir y potenciar positivamente tu desarrollo; tanto personal como profesional. Así que es hora de saber cómo potenciar tu inteligencia emocional.
Cómo potenciar tu inteligencia emocional.

1. Identifica y conoce tus emociones.
Tus emociones se basan en la manera cómo te sientes y afrontas situaciones en tu vida diaria. Estas situaciones pueden estar relacionadas con tu manera de pensar, la forma cómo socializas y circunstancias que enfrentas y no están bajo tu control total.
Uno de los pilares para desarrollar la inteligencia emocional está basado en el reconocimiento de nuestros propios sentimientos para después manejarlos adecuadamente.
Es importante saber cuáles son nuestros pensamientos inmediatos. Por ejemplo cuando tenemos una discusión con un colega en el trabajo o en la casa.
¿Qué es lo primero que pensamos cuando teníamos expectativas ante un nuevo viaje o puesto de trabajo y fuimos rechazados?, o ¿cuando discutimos con un amigo o ser querido? Puedes escribirlas en un papel diariamente; así podrás revisarlas posteriormente e identificar un patrón.
2. Presta atención a tus comportamientos.
De igual manera, una vez que has identificado tus emociones, debes hacer lo mismo con tus comportamientos. ¿Cómo reaccionaste cuando discutiste con alguien de tu trabajo o con tu pareja? ¿Pudiste comunicarte adecuadamente? ¿Como afecto tu día y tu productividad?
3. Asume toda la responsabilidad de tus emociones y comportamientos.
Stephen Covey, autor del libro “Los Siete Hábitos de las personas Altamente Efectiva“, resalta que uno de los principales problemas de las personas, es que tendemos a culpar a otros y al destino de cómo nos sentimos.
Parte del desarrollo de la inteligencia emocional, es aceptar que nuestras emociones y comportamientos dependen única y exclusivamente de nosotros.
Somos los únicos responsables de manejar nuestras experiencias y relaciones con los demás; sean positivas o negativas.
Por ejemplo, si te sientes lastimado por algo que alguien dijo o hizo, y te castigas y te llenas de pensamientos negativos, tú eres el único responsable de estos sentimientos. La otra persona no te obliga a culparte o hacerte sentir mal.
Este proceso es quizá el punto más importante de la inteligencia emocional; y también el más desafiante. Es donde empiezas realmente a manejar tus emociones, eliminando experiencias y sentimientos negativos en tu cerebro. El cambio en ti, es por supuesto positivo.
4. Conviértete en una persona más proactiva que reactiva.
En muchas situaciones difíciles o de estrés, tendemos a reaccionar de manera inconsciente (reactivamente). Esto implica que nos dejamos llevar por nuestras emociones; por lo cual no pensamos en las posibles consecuencias de nuestras acciones.
Reaccionar de una manera consiente ante momentos difíciles, implica identificar cómo nos sentimos y decidir de manera consiente la manera cómo queremos actuar. Ser proactivo implica tomar responsabilidad total de tus actos conociendo todas las posibles consecuencias de ellos.
5. Conviértete en una persona de pensamientos positivos.
Una vez identificas tus emociones y comportamientos, reaccionas de manera consciente a las situaciones que enfrentas diariamente y asumes toda la responsabilidad de ellas; el último paso es crear pensamientos positivos.
La clave en la inteligencia emocional, es cómo manejamos nuestras emociones para que las situaciones difíciles no nos destruyan. Por ejemplo, cuando estabas esperando respuesta por un trabajo que soñabas y la respuesta es negativa, cambia pensamientos nocivos como “no soy lo suficientemente bueno” o “era demasiado para mi” o “nunca lo lograre”, por ideas como: “esta vez no lo hice posible pero aprenderé y trabajaré duro para conseguir el siguiente”.
Recuerda que la inteligencia emocional es una habilidad que requiere de práctica.
Necesitas tiempo y dedicación pero una vez que logras empezar a controlar tus emociones y ser una persona proactiva, notarás el cambio positivo en tu vida personal y relaciones con los demás.
Ya que conoces la importancia de la inteligencia emocional, ¿Crees que es más importante, la inteligencia emocional o la cognitiva?
Inteligencia emocional vs inteligencia cognitiva.
Hemos visto científicos ganar premios y reconocimiento, pero también personas que con su carisma se ganan el corazón de todos y llegan muy lejos.
Adam Grant, autor de los best-seller Dar y recibir y Originales (ha vendido más de un millón de copias y sus obras se han traducido a más de 35 idiomas) tiene una mala noticia para los defensores de la Inteligencia Emocional: La inteligencia cognitiva es mucho más importante que la emocional.
Grant concluyó esto después de realizar 2 estudios:
El primero lo realizó con un grupo de vendedores, quienes realizaron 2 pruebas para medir su percepción, comprensión y regulación de las emociones. Después, realizaron una prueba para medir su habilidad cognitiva. Una vez tuvieron los resultados, hicieron un seguimiento de su desempeño laboral durante varios meses.
La inteligencia cognitiva fue mucho más importante que la emocional. En promedio, los vendedores con mejores habilidades cognitivas tuvieron ingresos anuales por 195.000 dólares, los de inteligencia cognitiva media, ganaron 159.000 dólares y los de peores resultados en la prueba, generaron 109.000 dólares.